LA LLAVE DE SARAH
Ayer estuve en el cine viendo una película estremecedora que debería ser vista por mucha gente para recordar la vergüenza de lo sucedido, y lo que jamás debe volver a suceder.
La llave de Sarah es el título de una película dirigida por Gilles Paquet-Brenner y protagonizada por Kristin Scott Thomas y Mélusine Mayance. Basada en un Best Seller de Tatiana de Rosnay, la película comienza en el París de 1942. En julio de ese año, las autoridades francesas detienen a más de 13.000 judíos ante la mirada impasible de los parisinos, que miran para otro lado por miedo en unos casos, por indiferencia, en otros, y por prejuicios e incluso por el interés para ocupar las viviendas los judíos deportados.
Un casa de unas familias detenidas por la policía, la pequeña Sarah esconde en un armario a su hermano pequeño, Michel, en un intento de protegerlo. Antes de salir de la casa junto a sus padres, y pensando que volverán dentro de unas horas, Sarah cierra el armario y se guarda la llave. Sin embargo, la familia Starzynski es llevada al Velódromo de Invierno, donde permanece detenida durante cinco largos días junto a miles de judíos, antes de ser enviada a un campo de concentración francés, escala previa a su envío definitivo al campo de Auschwitz.
Junto a esta historia, la película da saltos en el tiempo hasta el París del año 2002, en el que vive una periodista norteamericana afincada en la capital francesa, que está trabajando en un reportaje para conmemorar el sexagésimo aniversario de esa redada que causó la vergüenza de la sociedad francesa. La periodista tratará de reconstruir el itinerario de los Starzynski y la lucha de la pequeña Sarah por salvar a su hermano. Lo que no sabe la reportera es las consecuencias que tendrá para ella y para su familia la investigación que acaba de comenzar. Una película muy recomendable, tanto por la película en sí, como por ese pedazo de la historia europea que debemos mantener viva para que jamás pueda volver a repetirse.
Además, la película ha obtenido un reconocimiento unánime de crítica y público tanto en Francia, como en festivales en los que se ha presentado, como es el caso del Festival de Cine de San Sebastián.
