EL PABELLÓN DE ARAGÓN
Sin duda, el Pabellón que representa a nuestra Comunidad Autónoma es uno de los que más me gustan. En primer lugar, por su diseño exterior. Un diseño original, elegante, inspirado en algo tan nuestro como es un cesto de mimbre en el que se recogen las frutas que nos dan nuestras huertas. Algo que queda claramente reflejado en esas frutas hinchables que nacen cada noche en la azotea del Pabellón, dando una nota de color a la terraza de copas que hay instalada en la azotea del edificio.
Y en segundo lugar, por el interior. El audiovisual del genial Carlos Saura. Un audiovisual que he tenido la oportunidad de ver seis veces, y que cada vez que lo veo nuevamente, se me pone "la carne de gallina".
Un obra maestra del arte audiovisual que muestra lo mejor de nuestro país, con imágenes de todo Aragón, del norte al sur, acompañado de una banda sonora que contribuye a crear esa sensación de grandiosidad que a uno le entra en cuanto entra el espacio en el que se proyecta el audivisual.
Imágenes bellas, sorprendentes, capaz de hacerte sentir orgulloso de tu tierra. De su patrimonio, de su historia, de pequeños detalles de su maravilloso medio natural. Imágenes rodadas con una delicadeza como pocos sabrían hacerlo.
Un audiovisual sobrio, directo, que no recurre a las técnicas más avanzadas para emocionar al visitante que lo ve. Y además, con un punto y final a la altura, con la jota minimalista de un Miguel Ángel Berna de negro sobre un fondo blanco acompañado al final por una voz femenina que rasga el silencio del Pabellón con una voz que sobrecoge a cualquiera.
Quizás haya gente a la que le hubiera gustado que saliese gente vestida con el traje típico aragonés, evocando una escena costumbrista conocida de sobras por todo el mundo, en lugar de una imagen tan vanguardista. Pero yo creo que Saura ha acertad de lleno al mostrar una jota renovada y evolucionada, que a fin de cuentas, es lo que tenemos que vender. Un Aragón moderno, conocedor de sus costumbres y sus tradiciones, pero que sabe renovarse y situarse a la vanguardia.
Así que felicidades, Carlos Saura, y muchas gracias por hacernos disfrutar de esta manera con este bello audiovisual. Un audiovisual que además espero que tenga una continuidad en el espacio que sea después de la Expo. Algo así, no hay que desaprovecharlo.
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