UN REFERÉNDUM INCIERTO.
Artículo publicado en Aragón Liberal.
Muchas son las dudas que nos asaltan sobre el tan cacareado referéndum del País Vasco. Y muchas más dudas debe de tener el propio Lehendakari, por no hablar del PNV, partido en el que las voces escépticas y discordantes comienzan a surgir, a pesar del miedo a la ruptura que sufre el nacionalismo democrático. Aún así, los peneuvistas moderados están agazapados a la espera de ver que pasa con todo este follón, un follón que lejos de hacer que se unan las dos grandes fuerzas estatales, incomprensiblemente para los ciudadanos, aún ha creado más polémica entre ambas.
Este referéndum, como muy bien decía ayer un alto dirigente del PNV, tiene un futuro incierto. Y no sólo por su difícil encaje constitucional, o por todos los motivos dados en estos días en las peleas diarias de PP y PSOE. ¿Qué ocurriría si en el caso hipotético de que los vascos llegasen a votar, ciudades como Vitoria-Gasteiz, o San Sebastián-Donosti, o incluso territorios históricos enteros como Álava dijesen no a la propuesta del Lehendakari? ¿O en localidades en las que ambas opciones quedasen a empate? ¿Les impondría Ibarretxe el resultado? ¿O quizás proclamaría la independencia de las ciudades en la que triunfase el sí, mientras que las ciudades y territorios en los que ganase el no quedarían al margen de esta espiral independentista? Hay demasiados interrogantes en este proceso. Por no hablar de la escasa imagen democrática de este referéndum en el caso más que probable de que ETA hiciese su aparición en la campaña amenazando o incluso atentando contra los que se opusiesen a las tesis independentistas. Nadie en Europa apoyaría celebrar un referéndum en el que los ciudadanos no pudiesen hacer campaña libremente y se vieran amenazados por pensar de una manera o de otra. Este surrealista referéndum sería impensable realizarlo en cualquier otro punto del Viejo Continente.
Muchas son las dudas sobre este plebiscito. Pero al Lehendakari, la posible fractura y la falta de democracia en Euskadi parece que le dan igual en este giro soberanista que ha dado. Una huida hacia delante que nadie sabe como acabará.
0 comentarios