UN PASEO POR EL CASCO.
De todos es sabido mi amor por esta Ciudad. Y en especial, por el Casco Antiguo. Me gusta dar paseos por la calle Alfonso. O por cualquiera de sus recoletas plazas, como la de San Felipe, Sas, Santa Cruz, o del Justicia. O deambular por Mendez Nuñez, San Jorge, Libertad, Manifestación. O tomarme un café un sábado por la mañana en el Gran Café, o una tapa en cualquiera de los nuevos bares que pueblan el tubo, o una copa en pubs como el Mombasa. O ver una exposición en La Lonja.
Por eso, es satisfactorio ver como el Casco resurge, y con fuerza. Por cualquier esquina nacen nuevos negocios. A los tradicionales de toda la vida, se le sumaron en los últimos años otros. Por poner unos simpls ejemplos, bares como el Bar Bacharach, el Rock & Blues, el Gong. Tiendas como Momart, Sopa de Azucar, Rancho Relaxo Q Complementos, Eslab o Candela dieron un toque de sofisticación al barrio, como ocurrió hace varios años en determinadas zonas de Madrid o Barcelona. El Casco resurgía con fuerza. Plaza 14 y su iluminación dinámica eran el mejor ejemplo de este renacimiento.
Y lo bueno es que este movimiento continúa. Hoy por la tarde, después de hacer unas gestiones, y aprovechando el buen tiempo, he dado un paseo por estas históricas calles. Y he visto cantidad de nuevos negocios. Una chocolatería Valor en la Plaza de Sas, una tienda de novias super fashion llamada "Hasta que la muerte nos separe", o una nueva galería de arte especializada en fotografía abierta en el Pasaje de los Giles por Kike Calvo, fotógrafo zaragozano que reside y trabaja en Nueva York.
La ciudad se mueve, y el Casco también. Y es que todas las ciudades, si quieren tener futuro, deben, sin perder la perspectiva, mirar al pasado y evitar perder sus raíces, combinándola con la más rabiosa modernidad.
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sofia -