En estos tiempos de crisis, cualquier forma de llamar la atención y lograr colocar tu producto en el mercado es buena. Especialmente, cuando de pisos se trata. Y esta forma de llamar la atención de un piso ubicado en el centro de Madrid me pareció de lo más curiosa.
Este es uno de los muchos rincones que me atraparon en Aranjuez. No se si serían las flores, sus colores, el contraste, la luz, o la escultura. El caso es que en cuanto lo ví, imaginé las escena transformada en fotografía. Y aquí está el resultado.
Nunca está de más una conversación a media mañana, mientras tomas el solecito.
Fotografía tomada en Madrid, frente a las Salesas.
Esta tarde he estado en la Universidad, haciendo unas gestiones. Y mientras recorría sus jardines y sus pasillos, me ha asaltado, de golpe, y sin avisar, una tremenda morriña de mis tiempos de estudiante.
Los recuerdos, las sensaciones, iban apareciendo en mi cabeza a cada paso que daba por los pasillos de Filosofía y Letras.
Largas jornadas de "estudio" en la biblioteca de la Facultad con Eva, con Mariles, con Inma, Patricia, Isabel, Feli o Sara. Tardes tomando el sol en el estanque del Inter, cafés interminables en las máquinas de Reprografía, los San Isidoro, las tardes en delegación de alumnos maquetando la revista de la facultad, los preparativos para el Paso del Ecuador, las reuniones para organizar el viaje de fin de carrera a Praga y Budapest, o las mañanas jugando al futbolín en El Cuco.
Años felices sin duda. Quizás, una de las mejores etapas de mi vida, sin más preocupación que el ir aprobando los exámenes.
Tanto recuerdo y tanta añoranza por el pasado quizás signifique simplemente una cosa: que me voy haciendo mayor.
Érase una vez un presidente del Gobierno, quien tenía el deseo de poder acercarse a los ciudadanos para hablar con ellos, conocer sus inquietudes, y responder a sus preguntas.
De esta manera, el presidente del Gobierno acudió a un programa de televisión, en el que varios ciudadanos, encantados de la vida, le hicieron preguntas muy diversas sobre asuntos como la crisis económica, o la venta de armas fabricadas en su pacífico país. Un ambiente de ensueño, en el que el presidente del Gobierno se enfrentó a las preguntas de los ciudadanos mostrando su buen hacer y su talante, dando ejemplo de confianza en su gobierno y en la situación de su país.
A su vez, en una realidad virtual y paralela, el mismo presidente de gobierno también tuvo el mismo deseo.
Pero en este caso, el presidente del Gobierno no tuvo tanta suerte como el anterior, y tuvo que enfrentarse a una ciudadanía enfadada, crispada, y necesitada de un liderazgo fuerte, que le mostró al presidente su cansancio y enfado ante la galopante crisis económica que afectaba al país.
El presidente, acorralado por los enojados ciudadanos, mintió una y otra vez, desvariando y marchándose por los cerros de Úbeda, sin contestar repetidamente a las preguntas de los ciudadanos.
¿Cuál de las dos realidades es la real? Escuchando varias tertulias de diferentes programas de radio, me da la sensación de que ayer por la noche, Televisión Española emitió varias versiones de "Tengo una Pregunta para Usted", dependiendo de quien era el destinatario del producto.
O al menos, los tertulianos de las diferentes cadenas de radio debieron de ver versiones totalmente diferentes del programa, ya que no se parece en nada, más allá del título, la versión que da cada uno de lo sucedido anoche.
Algunos de estos tertulianos, nos cuentan el cuento de turno, como si los radioyentes fueramos incapaces de tener criterio propio, tergiversando la realidad para atraer el ascua a su sardina, sea de un lado, o del otro. Ni Zapatero es tan bueno como nos lo quieren vender unos, ni tan malo como nos lo quieren vender los otros.
Y es que nos tratan como si fueramos simples cabezas a las que lavar el cerebro, sin importar nada más que el sentido de nuestro voto en las próximas elecciones.
O al menos, eso es lo que se ha vendido en los medios de comunicación.
Cierto es que el temporal ha sido fuerte, que ha nevado por todo el país. Que Madrid quedó colapsada por la nieve. Pero es que estamos en invierno.
Y en esta estación, guste o no guste, lo que tiene que hacer es frío. Si no, no sería invierno. Quizás en nuestra comodidad burguesa, protegidos por calefacciones, y por nuestro sentimiento de dominar la naturaleza, estemos olvidando las inclemencias meteorológicas.
Pero lo que está pasando estos días, es de lo más normal que puede pasar en la estación invernal. Anormal sería que estuviéramos a 35º grados en pleno mes de enero. O que en el mes de agosto, estuviera nevando.
De hecho, en estos días, si comparamos la estadística meteorológica de las últimas décadas, veremos que durante el pasado temporal no hemos superado ningún record histórico, ni en cantidad de nieve caída, ni en temperaturas míminas.
Pero en este mundo que vivimos, en el que sólo se buscan titulares de prensa, todo se magnifica. Por poner un simple ejemplo, todos los años tenemos un partido del siglo. Y así, con todo.
La memoria es corta. Y la prensa, y la actualidad, es voraz. Pero eso no quita para no sacar las cosas de quicio. El invierno, iniverno es.
Estos días, se está hablando mucho sobre la campaña que duda de la existencia de Dios, puesta en marcha en el Reino Unido, y que está a punto de ponerse en marcha en diferentes ciudades españolas.
Y sinceramente, creo que esta campaña no tiene demasiado sentido.
Para mí, esta campaña nace con la vocación de provocar. Y si no, no lo entiendo.
La fe, y el creer o no creer en Dios, o en una religión, dependerá de las circunstancias vitales de cada uno. de la evolución personal, de la fe que se tenga, y del sentimiento interior. La fe se manifiesta, o no se manifiesta. Se tiene, o se pierde. O no se tiene, y aparece de repente.
Y ojo, igual que me parece una gilipollez esta campaña, también me parece una gilipollez la campaña que quieren poner en marcha grupos religiosos para decirnos a todos que Dios sí que existe.
No creo que porque un autobús me diga que Dios existe, o que posiblemente Dios no existe, yo vaya a creer o a dejar de creer. Es, como he dicho antes, algo que depende de las experiencias que hemos vivido cada uno, lo que nos ayudará a creer o a no creer en Dios.
Por eso creo que esta campaña sólo busca provocar a aquellos que quieran dejarse provocar. Y es que ya lo dicen, que los extremos, siempre son malos. Por eso no me gustan ni los religiosos fanáticos, ni los ateos acérrimos. Vive, y deja vivir.
Pero bueno, si los impulsores quieren gastarse su dinero de esta manera, allá ellos. Yo, particularmente, prefiero gastármelo en otro cosa.
Y por cierto, a raíz del mensaje de esta campaña, yo creo en Dios, y la verdad es que soy feliz. No me hace falta que nadie venga a decirme que si no creo seré más feliz. Soy feliz como soy, y punto.
Creo que cada uno es más o menos feliz dependiendo de sus circunstancias personales, y de la forma de encarar la vida. Todo depende de la personalidad de cada uno. Sin más.
La ofensiva israelí en Gaza, debería hacernos replantear muchas cosas. Las crudas imágenes de los bombardeos, de los fallecidos, de los refugiados, nos llegan al suelo europeo a través de la televisión, de los diarios. A través de unos medios de comunicación que eligen lo que es importante o lo que no, y lo que debemos leer, y ver, o lo que no.
La ofensiva de Israel es in lugar a dudas cruenta, inmoral y desproporcionada. Pero no es nada nuevo en este mundo plagado de conflictos y de lucha. Sabiendo además de la trayectoria terrorista de Hamas, que no duda en usar escudos humanos para ocultarse de Israel, al igual que no duda en poner bombas allá donde pueda matar a civiles israelíes.
Pero al margen de este conflicto, nosotros, los occidentales, vivimos en nuestras ciudades cómodamente. Con nuestros trabajo, nuestras comodidades y nuestra vida rutinaria, ahora un poco alterada por la crísis que nos acecha.
Pero al fin y al cabo, vivimos en paz. Ninguno de nosotros puede imaginar los horrores que tienen que sufrirse en una guerra, los temores de un bombardeo, el miedo a las armas y al soldado enemigo que igual le da rebanarte el cuello, que violar a una familiar, que pegarte un tiro a bocajarro, más allá del miedo que sufren los que son hostigados en algunos lugares de Europa por terroristas como los de ETA, o de los atentados de carácter islamista en suelo occidental.
Para nosotros, los occidentales, la paz, es lo normal, lo cotidiano.
Pero deberíamos ser conscientes de que esta "normalidad" y el bienestar del que disfrutamos como sociedad es la anormalidad en el conjunto del planeta. Nuestras sociedades son como un oasis en medio del desierto que son las guerras y la crueldad humana llevada al límite.
Lo que para nosotros es normal, para la mayor parte de la humanidad es un sueño dorado que no saben si podrán alcanzar algún día.
La paz de la que disfrutamos en nuestros pueblos y ciudades, es algo anormal en este mundo. Si no recuerdo mal, en todo el planeta existen casi 40 conflictos en activo. 40 conflictos que salpican el planeta, y de los que normalmente no nos solemos enterar. Ya sean guerras abiertas, o conflictos de milicias y guerrillas.
Pero están ahí, conflictos activos que provocan miles de muertos. Por el efecto de las armas, de las enfermedades, del hambre. Esa es la cruda realidad de buena parte de la humanidad. Aunque para nosotros, sea algo muy, muy lejano.
5 de enero. Sin duda, una de las noches más mágicas del año, en la que niños y no tan niños esperamos la llegada de los Magos de Oriente. Feliz Noche de Reyes.
Con esta foto de la Puerta del Sol, con el reloj que esta noche marcará el inicio del nuevo Año, y el árbol de Navidad diseñado por Devota & Lomba, quiero desearos a todos un Feliz Año Nuevo, con la esperanza de que el 2009 sea al menos igual de bueno que ha sido para mí este 2008 que está a punto de acabar.
Feliz 2009
Con mis mejores deseos para todos vosotros.
Si estás por Madrid esta Navidad, no puedes perderte la visita a la terraza del Círculo de Bellas Artes.
Una oportunidad única de ver Madrid y las sierras nevadas que lo rodean a vista de pájaro desde un emplazamiento inigualable.
Desde esta azotea, se puede contemplar la ciudad a tus pies. Desde el Madrid más clasíco, con la Gran Vía, Alcalá y Cibeles, y sus sobrios edificios, a las construcciones más vanguardistas y modernas que rompen el perfil de la ciudad.
El Circulo está en la calle Alcalá, número 48.
Como pasa el tiempo. En agosto del 2007 ponía en marcha mi galería fotográfica en Flickr. Ahora, un año y pocos meses después, la galería ha recibido la friolera de 100.148 visitas.
La verdad que es que poco podía imaginar cuando la cree que entraría tanta gente a ver las fotos que he ido colgando en ella. Aunque lo mejor es, como siempre, la gente que he conocido a través de Flifkcr. Tanto de Zaragoza, como del resto del mundo.
Simplemente puedo decir que muchas gracias a todos los que entráis de vez en cuando a ver mis fotos.
Las encuestas, sirven para lo que sirven. Y los resultados, tres cuartos de lo mismo.
Pero no dejan de ser preocupantes los resultados de ciertas encuestas. Y particularmente de esta, que demuestra una vez más algo que suena bastante en los últimos.
El escoramiento ideológico hacia la derecha de los jóvenes españoles. Unos resultados preocupantes. Y cuando hablo de derecha, no me refiero a posiciones políticas, ya que esa misma encuesta afirma que los jóvenes pasan de política. Me refiero a posiciones morales muy conservadoras, que al menos en mi generación, se tenían asumidas.
El Informe Juventud en España 2008, que presenta los hábitos y tendencias de los jóvenes españoles, muestra datos que quizás sean leves, pero significativos, del cambio de rumbo de la juventud española.
De hecho, estos datos han llamado la atención del propio Ministerio de Igualdad, Institución que presentó los datos de este sondeo.
Para mí, aparte del rechazo del 16% de los encuestados al matrimonio gay, que es un tema que personalmente me afecta, el asunto que más me preocupa es el de la pena de muerte.
Según el sondeo, uno de cada tres jóvenes de entre 15 y 29 años es partidario de aplicar la pena capital, algo que choca con los valores que hemos desarrollado no sólo en España, sino en el conjunto de Europa.
De hecho, siempre presumimos dentro de esa algarabía que es la compleja personalidad europea, de ese rechazo a la pena de muerte, frente a las posiciones proclives a la pena capital que se mantienen en buena parte de Estados Unidos. Era, o es, uno de los rasgos significativos de la idiosincrasia europea frente a la norteamericana.,
El hecho de que el 36,5% de los jóvenes encuestados apoyen una medida como esa, además de ponerme los pelos como escarpias, puede significar un cambio en el modelo de sociedad europea que tenemos en estos momentos. Un debate que yo creía ya superado en España, pero que vistos los resultados, puede que en los próximos años resurja con fuerza.
El asunto del matrimonio gay, que es rechazado por un 16% de los encuestados me preocupa menos. No porque sea menos importante, sino porque creo que dado el panorama actual de la diferentes confesiones religiosas en pie de guerra por los matrimonios entre personas del mismo sexo, y de los resultados de las consultas populares en varios estados norteamericanos, no veo que sea un porcentaje demasiado elevado. Aunque no es menos cierto que me gustaría que ese rechazo fuese mucho menor.
Estas posturas más conservadoras de las nuevas hornadas de jóvenes deberían hacernos reflexionar sobre qué modelo de sociedad queremos, y como los estamos educando a los ciudadanos que guiarán el país el día de mañana.
Hace algún tiempo, comiendo en un céntrico restaurante italiano de Zaragoza, me sorprendió ver discutiendo a unos padres con sus hijos.
Hace algunos años, lo más normal hubiera sido que los padres defendieran posiciones más conservadoras, y los hijos, posiciones más revolucionarias o progresistas. Y me llamó la atención que esa mesa, vecina de la nuestra, la situación era totalmente contraria, los padres, desquiciados perdidos, defendiendo temas de igualdad y tolerancia, y los hijos, defendiendo con total calma, posiciones totalmente conservadoras.
Vivir para ver.
De vez en cuando, la prensa nos sorprende con términos como metrosxual. Términos que tratan de clasificar a la gente, dependiendo de su modo de vida. Como siempre, tratando de etiquetar a todos.
Y la verdad es que nunca me he identificado con ninguno de estos términos, hasta que ayer, leyendo El País, ví la luz. Por lo que leí, y viendo como es mi estilo de vida, deduzco que debo ser un "Scuppie". Y yo, a mi taitantos años, sin saberlo.
Scuppie... un término que aunque no suena muy bien, se adapta bastante bien a mi forma de ser.
¿Y qué es un Scuppie? Un ciudadano que le gusta consumir, vivir bien, pero que está ecológica y socialmente comprometido, "a medio camino entre el activismo hippie y el consumismo yuppie", según define El País.
Como siempre, el punto medio de todo, que es donde trato de situarme habitualmente. No me gustan los extremos. No me gusta el ecologismo radical por el que no se puede tocar una piedra, pero también me pone los pelos como escarpias la postura de José María Aznar de que en el mundo no pasa nada y el cambio climático es un invento alarmista de algunos.
Gente a la que nos gusta vivir bien, pero que a la vez tenemos un compromiso con el consumo responsable y con el medio ambiente. Quizás mucho más fuerte que los que van presumiendo de ecologistas, y que su máxima en la vida es eliminar las luces navideñas por el CO2 que emiten, mientras cogen el coche hasta para ir a comprar el pan.
Así que de momento, soy un scuppie. Esta noche podré dormir a pierna suelta, habiendo resuelto el enigma de mi personalidad. Hasta que en los próximos meses, alguien me diga que este término está pasado de moda, y que ahora toca ser...
¿Qué es la vida? ¿Y la muerte?
La muerte siempre es dura. Es algo que está presente, aunque tratemos de ocultarla en esta sociedad cada día más materialista y menos espirtual.
La muerte siempre es dura. Pero cuando llega a cierta edad, la tenemos asumida. Es ley de vida, dicen siempre.
Pero, y cuando sorprende a alguien que tiene sólo 17 años... ¿también es ley de vida?
¿Qué explicación tiene? ¿como se puede consolar a una madre? ¿que motivo hay para que una vida que está en plenitud sea cortada de cuajo?
¿Qué religión puede explicar un hecho bárbaro y salvaje como este?
Esta foto la tomé el pasado sábado en Olorón-Sainte Marie, una pequeña ciudad francesa situada a pocos kilómetros de la frontera con Aragón.
En todas las ciudades siempre hay detalles que merece la pena fotografiar. Detalles que probablemente pasan desapercibidos a los ojos de buena parte de los viandantes, pero que están ahí, preparados para que disfrutemos de ellos.
La belleza no es una necesidad, sino un éxtasis.
No es una boca sedienta, ni una mano vacía que se tiende pedigüeña, sino antes bien un corazón inflamado y un alma encantada.
No es la imagen que desearíais contemplar ni la canción que os agradaría oír:
es más que nada una imagen que veis aun con los ojos cerrados y una canción que oís, aunque os tapéis los oídos.
No es la savia que corre por dentro de la corteza rugosa, ni un ala adherida a una garra.
Sino más bien un jardín por siempre florido y una bandada de ángeles que jamás dejan de volar.
La belleza es la eternidad mirándose en un espejo.
Pero vosotros sois la eternidad, y nosotros el espejo.
Extracto de El Profeta.
Estos días he ido colgando fotos de Madrid en mi galería de Flickr. Si quieres verlas, no tienes nada más que pinchar en este enlace.
Fotografías de la Terraza del Círculo de Bellas Artes, la Cibeles, el Palacio de Cristal del Retiro, el CaixaForum, el Retiro, la tienda que tiene Zara en la Gran Vía o el original edificio que ilustra este post, en la calle Campoamor, son algunas de las últimas imágenes que podréis ver. Espero que os gusten.
Algunos miserables tienen la costumbre de esconder su propia ineptitud y su falta de ideas en la crítica a los demás.
Pero por suerte, el tiempo pasa de forma inexorable, y pone a todo el mundo en su sitio.