ÉRASE UNA VEZ...
Érase una vez un presidente del Gobierno, quien tenía el deseo de poder acercarse a los ciudadanos para hablar con ellos, conocer sus inquietudes, y responder a sus preguntas.
De esta manera, el presidente del Gobierno acudió a un programa de televisión, en el que varios ciudadanos, encantados de la vida, le hicieron preguntas muy diversas sobre asuntos como la crisis económica, o la venta de armas fabricadas en su pacífico país. Un ambiente de ensueño, en el que el presidente del Gobierno se enfrentó a las preguntas de los ciudadanos mostrando su buen hacer y su talante, dando ejemplo de confianza en su gobierno y en la situación de su país.
A su vez, en una realidad virtual y paralela, el mismo presidente de gobierno también tuvo el mismo deseo.
Pero en este caso, el presidente del Gobierno no tuvo tanta suerte como el anterior, y tuvo que enfrentarse a una ciudadanía enfadada, crispada, y necesitada de un liderazgo fuerte, que le mostró al presidente su cansancio y enfado ante la galopante crisis económica que afectaba al país.
El presidente, acorralado por los enojados ciudadanos, mintió una y otra vez, desvariando y marchándose por los cerros de Úbeda, sin contestar repetidamente a las preguntas de los ciudadanos.
¿Cuál de las dos realidades es la real? Escuchando varias tertulias de diferentes programas de radio, me da la sensación de que ayer por la noche, Televisión Española emitió varias versiones de "Tengo una Pregunta para Usted", dependiendo de quien era el destinatario del producto.
O al menos, los tertulianos de las diferentes cadenas de radio debieron de ver versiones totalmente diferentes del programa, ya que no se parece en nada, más allá del título, la versión que da cada uno de lo sucedido anoche.
Algunos de estos tertulianos, nos cuentan el cuento de turno, como si los radioyentes fueramos incapaces de tener criterio propio, tergiversando la realidad para atraer el ascua a su sardina, sea de un lado, o del otro. Ni Zapatero es tan bueno como nos lo quieren vender unos, ni tan malo como nos lo quieren vender los otros.
Y es que nos tratan como si fueramos simples cabezas a las que lavar el cerebro, sin importar nada más que el sentido de nuestro voto en las próximas elecciones.
1 comentario
Ana Sanz -
Más allá del circo que se montó antes, durante y después del programa, no le encuentro ningún otro interés...
Va acorde con los discursos y declaraciones de la ministra más popular, que con sus "predicciones" le da una nota de color a este momento de dureza.
Si no fuera porque hay familias pasándolo realmente mal, tendría su gracia, pero desgraciadamente se podrían dedicar a tomar decisiones y asumir responsabilidades en lugar de servir de "chascarrillos"...