UNA NUEVA VUELTA DE TUERCA EN IRÁN

El régimen iraní está reprimiendo sin contemplaciones las protestas de los reformistas. Unas protestas que no paran, frente a las previsiones de muchos analistas, que preconizaban que se irían apagando conforme pasaran las semanas.

Pero el enfrentamiento y la represión no sólo está en la calle. Ahora, hay abierto un macroproceso contra los opositores reformistas que podría llevar hasta los tribunales a los tres líderes reformistas más importantes. El ex presidente  Mohamed Jatamí, y los ex candidatos reformistas Mir Hosein Musaví y Medhi Karrubí.

Pero mientras el régimen decide si procesa a los tres líderes, decenas de personas han sido torturadas en las cárceles iraníes, y decenas de reformistas son acusados ante los tribunales.

Entre los ciudadanos que están siendo procesados, hay una joven profesora francesa llamada Clotilde Reiss, que podría ser condenada a muerte acusada de espionaje.

En esta deriva que ha tomado el Gobierno iraní, ansioso por inculpar a las potencias occidentales por las manifestaciones reformistas, se están buscando y acusando a extranjeros y turistas, con el fin de mostar a la opinión pública la complicidad de reformistas y países extranjeros.

Entre ellos se encuentra esta joven ciudadana francesa, profesora de idiomas en una Universidad de Isfahán. Según las autoridades iraníes, Reiss ha admitido ante el tribunal que durante las protestas por los resultados electorales del pasado 12 de junio, redactó un informe de una página sobre la situación en Isafahán. Un informe que fue enviado a la sección cultural de la Embajada de Francia en Teherán. La acusada reconoció el hecho y pidió perdón a la nación iraní, pero las sospechas de que confesó bajo presión y con el medio a ser ejecutada pesa en el ambiente.

La acusación que pesa sobre Reiss ha sido rechazada por el Gobierno de Francia, calificando como de "infundados" los cargos contra la ciudadana gala. Pero poco se puede esperar de un gobierno que calla a sus ciudadanos a porrazos.