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LENGUA DE TRAPO.

EL MERCADO CENTRAL SE PONE DE MODA

EL MERCADO CENTRAL SE PONE DE MODA

Ese es al menos el lema de la campaña que ha lanzado nuestro excelentísimo Ayuntamiento para divulgar entre los ciudadanos el comienzo de las reformas del Mercado Central de Zaragoza. Una reforma que llega tarde, pero que sobre todo, no está a la altura de las circunstancias. El ente que agrupa a los principales mercados de toda España diseñó hace algún tiempo una reforma en toda regla, que incluía una reforma integral del edificio, instalando un supermercado en el sótano del edificio o escaleras mecánicas entre otras mejoras. Este plan se había realizado basándose en las reformas que se habían realizado ya en otros mercados del resto del Estado. Esa reforma tenía buena pinta.

Pero la reforma, tal y como estaba propuesta, se fue al traste. Los vendedores del Mercado se negaban a trasladarse durante dos años al Actur, concretamente a la Chimenea. Y el Equipo de Gobierno PSOE-CHA, una vez más, no estuvo a la altura de las circunstancias. Tras un montón de reuniones y negativas de los comerciantes, PSOE y CHA decidieron desechar esa reforma y contentarse con un mero lavado de cara para que no pondrá el mercado a la altura que exigimos los consumidores del siglo XXI. Y el mayor responsable de ese desaguisado es el Equipo de Gobierno, por no saber gestionar este asunto, como les ocurre en tantos casos. Al final, lo más fácil para ellos fue dejar de buscar soluciones, y apostar por una reforma sencilla que no provocará revuelo ni manifestaciones de protesta.

Pero eso no es solución. Como ciudadano, exijo que mi Ayuntamiento resuelva los problemas cuando se presentan y que no esconda la cabeza bajo el ala cuál avestruz africana. Por eso, creo que esta reforma, lamentablemente, no pondrá al Mercado en el lugar que le correspondería, por más que nuestro querido Ayuntamiento nos venda la mota con la publicidad que inserta en los medios de comunicación locales.  Desde luego que el Mercado mejorará, pero no será la reforma que exige la Zaragoza del siglo XXI.

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