UNA NUEVA ERA

O al menos, eso es lo que esperamos buena parte de los ciudadanos del mundo. Las elecciones celebradas en Estados Unidos han dado el resultado que esperábamos buena parte de los habitantes de este planeta que llamamos Tierra.

Con una victoria contundente, el candidato demócrata se ha impuesto con rotundidad sobre McCain, dejando un Partido Republicano descabezado.

Pero ahora, Obama tiene un complicado futuro. Millones de personas han confiado en él. Pero a mi particularmente, no me gustaría estar en su pellejo, con la situación actual de Estados Unidos, la crisis económica mundial, Iraq, Afganistán, o el conflicto diplomático latente con Rusia por poner sólo unos ejemplos.

Pero de momento, ha hecho algo grande. Ha devuelto la ilusión a un país que parecía que iba a la deriva, arrastrando además al resto del planeta. Un país en el que parecía que nunca iba a poder presidirlo una mujer, o un negro, y que ha superado sus miedos y ha cerrado de golpe varias páginas de su historia, la de supremacía del poder blanco, y la era Bush.

Y aunque quizás muchos se hagan hecho muchos ilusiones, y no creo que el mundo vaya a cambiar por el cambio de partido en la Casa Blanca, ha protagonizado un cambio en los sentimientos anti norteamericanos de buena parte del mundo.

Y es que por primera vez en muchos años, los electores estadounidenses han votado lo que hubieran votado los ciudadanos de otros países del mundo.

Aunque en medio de esta efuroria que ayer sentimos mucho al ver como había ganado Obama por goleada, también hubo un motivo para entristecerse. En la misma jornada electoral, varios Estados celebraron consultas para decidir sobre el matrimonio gay. Unas consultas que no resultaron nada positivas, ya que el matrimonio gay no ha podido salir adelante en estados como Arizona y Florida. Aunque le lugar que más me sorprende y duele es el de California.

Un estado en el que se votaba la proposición 8, y en la que se han implicado activamente decenas de actores, cantantes, o empresas como Google con los derechos del colectivo LGBT, pero en el que se se ha votado contra el matrimonio entre personas del mismo sexo.

Ciudades como San Francisco han votado de forma mayoritaria a favor del matrimonio con porcetanjes que alcanzan el 75% de los votantes. Pero al final, la propuesta 8, que buscaba impedir el matrimonio gay ha salido vencedor por apenas 400.000 votos de diferencia, principalmente por el voto de los habitantes del interior del Estado y del voto inmigrante.

Una auténtica pena que en uno de los Estados más abiertos ya no de Estados Unidos, sino del mundo, el resultado haya sido este. Lo único bueno, es que la diferencia ha sido mínima.