PABELLÓN DE BÉLGICA

Sin duda, la estrella de este pabellón es el chocolate que puede degustarse tras finalizar la visita, bien en forma de fresas cubiertas de chocolate, bien en los exquisitos gofres que nos ofrecen en este Pabellón.

Pero antes de degustar el chocolate o cualquier otro producto belga, la fachada dorada del Pabellón, quizás una de las más llamativas de la Expo gracias a su color dorado, nos invita a entrar en su interior.

Nada más entrar a este Pabellón, nos encontraremos un paisaje verde en el que cada doce minutos se recrea el clima que hay cada 12 meses en este país europeo.

Además, en el Pabellón podemos encontrarnos con la obra del artista belga Jan Fabre, gracias a "Los Siete baños de bronce" y a la "Escultura de las Lágrimas".

Y junto al chocolate, y las obras de Jan Fabre, el Pabellón de Bélgica nos ofrece cada noche un concierto de un grupo de pop-rock belg, que saca sus bártulos a la avenida del 2008 para animar un poco la noche Expo.