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LENGUA DE TRAPO.

ZARAGOZA DESPEGA

ZARAGOZA DESPEGA

La tan esperada Expo ya ha comenzado. Nunca he dudado de los efectos beneficiosos que iba a tener su celebración en Zaragoza. Y ahora que se ha dado el pistoletazo de salida, lo veo más claro que nunca.

En primer lugar, por el salto cualitativo y cuantitativo que hemos dado en materia de infratestructuras. En esta ciudad, en la que estamos tan acostumbrados a que las obras se demoren durante decenios, ¿alguien se imagina cuanto hubiese costado terminar obras que se han ejecutado en dos o tres años, como el Cuarto Cinturón, el Puente del Tercer Milenio, la nueva terminal del Aeropuerto o las cercanías? La respuesta creo que está bien clara.

En segundo lugar, por las mejoras que se han producido en el entorno de los ríos que atraviesan la capital aragonesa, y en especial, en torno a las riberas del río. Unas riberas por las que ahora da gusto pasear, hacer deporte o salir a tomar unas cañas a cualquiera de sus terrazas. Unas riberas para vivir de día, pero también de noche, gracias a la nueva iluminación de los puentes y de los nuevos espacios verdes que hay en torno al Ebro.

En tercer lugar, la Expo ha dotado a Zaragoza de una serie de iconos arquitectócnicos de los que antes carecíamos. Mientras otras ciudades llevaban décadas esforzándose por tener edificios de importantes arquitector, y vanguardistas construcciones que dieran carisma a la ciudad, bien fuera a través de museos, o simplemente, de torres de oficinas, en Zaragoza carecíamos de esos elementos arquitectónicos de los que ahora por fin ya podemos presumir.

Pero no sólo son cambios físicos los que estamos viviendo. La ciudad también está viviendo una serie de cambios mentales. El imaginario colectivo de los habitantes de Zaragoza ha cambiado. Ya no somos ese pueblo grande que eramos no hace tanto. Zaragoza bulle de vida, de proyectos, y eso se nota en la mentalidad de la gente. Nos hemos dado cuenta, como sociedad, de que Zaragoza tiene mucho que decir en la red de ciudades medias europeas, y sobre todo, es que somos capaces de realizar lo que nos propongamos.

Y este asunto enlaza con la gran oportunidad que la Expo ha brindado a la capital aragonesa para posicionarse en el mundo y para darse a conocer, tal y como protende el Ayuntamiento de Zaragoza con la creación de Zaragoza Global, la sociedad impulsada desde el Área de Fomento y Turismo para vender la marca Zaragoza.

En definitiva, Zaragoza está cambiando. Una nueva imagen de Zaragoza está surgiendo, no sólo entre sus propios habitantes, sino entre los visitantes que estamos recibiendo en estos días.

Sólo nos queda trabajar para que seamos capaces de aprovechar estas sinergias que han comenzado a darse en los últimos meses.

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