BASTA YA.
Habíamos perdido la costumbre. Prácticamente, ya no recordábamos la práctica del tiro por la espalda. Tras el 11-M y el tremendo rechazo al terrorismo que se generó en toda Europa a raíz de los salvajes atentados en los trenes de cercanías, el debilitamiento de la banda terrorista, y la posterior tregua de los asesinos, no recordabamos la sensación de impotencia que sentimos ante un hecho de estas características. ETA dió por finalizada la tregua con un conche bomba en la T-4 donde fallecieron dos personas. Ahora, tras recuperar el uso del coche bomba en Barajas, ETA vuelve a la carga con el tiro por la espalda. Todos los actos terroristas son repugnantes. Pero hay que tener mucha sangre fría para tirotear a la víctima que se encuentra a escasos metros de tí, ver como cae al suelo, y acabar directamente con su vida, una vida que no tiene más culpa que la de servir al resto de la sociedad. Muchas sangre fría y muy poca humanidad hay que tener para acabar con la vida de un joven de 24 años llamado Raúl Centeno, y dejar en coma a Fernando Trapero, de 23.
Repugnancia. Asco. Pena. Son muchos los apelativos que podríamos decir en la jornada de hoy. Y lo peor, es que estas muertes no servirán para nada. Los objetivos políticos hay que defenderlos en las urnas, sean cuáles sean. Con la violencia, cualquier objetivo, meta o propuesta, pierde su sentido y validez. La violencia y el terrorismo no caben en nuestra sociedad. El terrorismo es algo miserable, ruin, cobarde. Un acto que no tiene sentido en nuestros días. Serenidad, firmeza, y unión. Eso es lo que debemos pedir los ciudadanos al conjunto de las fuerzas políticas en estos momentos.
3 comentarios
Patricia -
JOSÉ MANUEL MORCILLO -
Oscar -