ADIOS, KACZYNSKI, ADIOS.

Los pronósticos se han cumplido, y  en las elecciones celebradas ayer domingo, los hermanos Kaczynski han sido rechazados mayoritariamente por el conjunto de la ciudadanía polaca, en unas elecciones en las que se ha registrado el mayor índice de participación desde la caída del comunismo en este país del Este de Europa. No negaré que me alegro de los resultados de ayer. No podía ser que continuara por más tiempo la política exterior de Polonia, especialmente en el correcto funcionamiento de la Unión. Polonia no podía continuar con su política de oposición a cualquier iniciativa que procediese de Bruselas, aunque dejará a Polonia en ridículo, como  ocurrió no hace mucho ante su negativa a celebrar el día europeo contra la pena de muerte, o ya en asuntos sociales, su posicionamiento claramente en contra de los derechos de los gays, protagonizando asuntos tan surrealistas, como el investigar si existía un Teletubbie homosexual.

Por suerte, con las elecciones de ayer, una gran mayoría de los ciudadanos polacos han dado la espalda a las políticas desarrolladas por los hermanos Kaczynski, unas políticas retrógradas y que estaban aislando a este país del resto de la Unión. Sólo queda esperar que los depositantes de estos votos del cambio sean capaces de responder a las esperanzas de los electores polacos y que en las elecciones presidenciales de dentro de dos años, los Kaczynski sean desalojados definitivamente del poder.