CASABLANCA.

Casablanca es una de mis películas favoritas. Hacía mucho que no la veía. Y esta plácida tarde de domingo casera, después de un montón de días sin estar en casa sin hacer nada, y con una programación de televión que da asco, me la he puesto. Supongo que la habreis visto todos. La película, dirigida por Michael Curtiz,  se desarrolla en Casablanca durante la segunda Guerra Mundial. Una ciudad a la que es muy fácil acceder, reducto de la Francia libre, de la que es muy complicado salir. Cientos de personas llegan a la ciudad marroquí desde la Francia ocupada, en un intento desesperado por llegar a Lisboa, desde la que podrán partir hacia Estados Unidos.

Hasta Casablanca llega Victor Laszlo (Paul Henreid) junto a llsa (la maravillosa Ingrid Bergman). Victor es un checo, famoso líder de la resistencia que es buscado y perseguido por los nazis. Su única esperanza para escapar de la ciuda africana será Rick Blaine, encarnado por Humphrey Bogart, personaje que regenta el Ricks' Café.

La película, rodada en 1943 y ganadora de tres Oscars (mejor película, mejor director y mejor montaje, es una de las grandes obras maestras del cine. Una película romántica, con un punto de glamour, de intriga, y sobre todo, un final feliz. La escena en que los alemanes están cantando himnos en el Ricks' Cafe, y todos los presentes en este local entonan la marsellesa a una orden de Victor Laszlo es una de mis escenas preferidas. La Francia libre, y la democracia y la libertad, frente al yugo nazi. Una película que es sencillamente genial.