Blogia
LENGUA DE TRAPO.

LA MAGIA DE LAS ESTRELLAS

Sebas continuó andando un buen rato por la playa desierta, hasta que se tumbó junto a la orilla. En la soledad de la playa, tumbado en la arena húmeda y fresca, Sebas contempló el cielo estrellado.

Por su cabeza, empezaron a pasar escenas e ideas. Pocas cosas hay en la vida tan hermosas y cautivadoras como contemplar el cielo lleno de estrellas. De repente, y como por arte de magia, en la oscuridad de la noche, te trasladas a otros mundos, imaginando que habrá en esos planetas que puedes observar a simple vista en noches despejadas como esta.

Sebas se sintió un privilegiado, observando las estrellas mientras escuchaba el romper de las olas contra los cercanos acantilados y una leve brisa chocaba contra su rostro. En este marco, Sebas se sentía pequeño, muy pequeño. Como un pez en la inmensidad del océano. Una pequeña hormiguita en medio de ese universo que se aparecía ante sus ojos.

Se sentía pequeño, pero privilegiado. Privilegiado por estar a la orilla del mar disfrutando de su soledad y de la belleza del momento. Pero también por tener la suerte de poder disfrutar de esas pequeñas cosas que te ofrece la vida, pero que tan poca gente es capaz de disfrutar de verdad.

Y Venús, como siempre, ajeno a los pensamientos de Sebas, brillaba, mientras el faro daba vueltas rutinariamente iluminando la oscura noche.

1 comentario

Esther -

Preciosas palabras, que forman un texto maravilloso, escribes genial, Nacho.

Un besico.