TARDE DE TORMENTA.
Ayer, tras una mañana de caminata por el monte, llegó la lluvia, y llegó con forma de tormenta. Pocas cosas hay tan espectaculares como una tormenta en la montaña. Especialmente, en este Alto Valle del Aragón. Los truenos retumban en todo el valle, multiplicandose por mil el sonido gracias a la estrechez de este valle de Canfranc. Los relámpagos iluminan brevemente la oscuridad de la noche mientras la lluvia cae con una fuerza increíble sobre el pavimento, sobre los tejados y sobre los árboles y el agua escurre por las calles como si de un auténtico río se tratara. Es en momentos como este cuando te das cuenta de la fuerza que puede desatar la naturaleza, y de lo pequeños que somos los seres humanos en la inmensidad del medio natural. Cosas como estas son las que ponen a cada uno en su sitio.
La fuerza de los relámpagos, el sonido de los truenos, siempre que este a resguardo, me reconforta, me gusta estar en casa, viendo llover al otro lado de los cristales, mientras leo o trabajo y escucho música. No hay nada como escuchar a Verdi mientras de fondo oyes un trueno que sacude el valle y que parece que va a derribar las altas cumbres sobre tí.
1 comentario
Begoña -
Besicos.