CAIPIRIÑA A LA LUZ DE LA LUNA.
Ayer por la noche estuve con Vicky en una nueva edición de "Noches con Sol", el ya habitual ciclo veraniego que ayuda a pasar la sequía cultural que nos afecta todos los veranos. Este año, "Noches con Sol" trae como novedad el cambio de escenario. El patio del Centro de Historia se encuentra en obras, y Zaragoza Cultural ha trasladado este evento veraniego hasta la Plaza de Toros. Y este traslado ha sido todo un acierto. El coso estaba lleno de mesas con cientos de zaragozanos deseosos de disfrutar de una noche de música y diversión. Telas que decoraban el graderío, luces iluminando el arquillo superior, y la luna asomando por lo alto del coso taurino. Una decoración muy acertada para este entorno. A veces es complicado vestir un espacio como este, pero en esta ocasión, la organización lo ha hecho con mucho acierto.
Y por supuesto, la música de la cantautora aragonesa María José Hernández, con su melodiosa voz, y de Gilberto Gil, compositor, cantante, guitarrista y ministro brasileño que apuesta de forma decidida por la modernización de la música popular de su país. Y ya que estamos, no puedo pasar la oportunidad de escribir unas líneas sobre María José Hernández, una cantautora que enamora a quien la escucha con sus canciones pausadas pero con una fuerza tremenda. Yo la descubrí hace varios años en la ya desaparecida "Antena Aragón", y ya entonces me preocupé de descubrir quien era esa chica que me había cautivado con sus canciones. Y así, desde esos comienzos difíciles, hasta hoy, con esos tres discos a sus espaldas, y su presencia en escenarios con autores tan variados como Jorge Dresler, Noa, o Pablo Milanés, artista a quien acompaña en su gira por toda España. Un talento de mujer, y además, de aquí, de Zaragoza.
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